Hace algunos años, si alguien se dejaba llevar por las excelentes repercusiones que tuvieron películas como La pasión de Cristo y Corazón valiente, lo más probable es que creyera que Mel Gibson, el director de ambas cintas, tomaría la decisión de abandonar la actuación para demostrar su talento detrás de cámara.
Sin embargo, como en la vida siempre hay posibilidades de reinventarse y de elegir qué camino seguir, el artista prefirió no encasillarse en un solo rol. Por esa razón, el estadounidense nacido en enero de 1956 no dudó en aceptar una propuesta para reaparecer en la gran pantalla como actor.
Gibson participó en Al filo de la oscuridad desde la piel de Thomas Craven, un veterano detective que trabaja para el Departamento de Policía de Boston.
Poco se sabe al principio acerca de sus cuestiones personales, pero pronto un dramático e inesperado episodio obliga al investigador a dejar al descubierto sus sentimientos y sensaciones más profundas.
Cuando Craven pierde de forma trágica a Emma, su única hija, su realidad cambia por completo. Encontrar muerta a la joven, quien al momento de morir tenía 24 años de edad, lo lleva a iniciar una exhaustiva investigación que tiene como fin descubrir si Emma llevaba una vida secreta y cuáles fueron los motivos que llevaron a alguien a asesinarla.
En el marco de este desgastante proceso, el protagonista llega a advertir peligrosos encubrimientos tanto empresariales como gubernamentales. De este escenario que tiñe con sangre a una gestión de gobierno participa Darius Jedburgh, el encargado de hacer desaparecer cualquier evidencia que pueda incriminar a los poderosos.
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Hace algunos años, si alguien se dejaba llevar por las excelentes repercusiones que tuvieron películas como La pasión de Cristo y Corazón valiente, lo más probable es que creyera que Mel Gibson, el director de ambas cintas, tomaría la decisión de abandonar la actuación para demostrar su talento detrás de cámara.
Sin embargo, como en la vida siempre hay posibilidades de reinventarse y de elegir qué camino seguir, el artista prefirió no encasillarse en un solo rol. Por esa razón, el estadounidense nacido en enero de 1956 no dudó en aceptar una propuesta para reaparecer en la gran pantalla como actor.
Gibson participó en Al filo de la oscuridad desde la piel de Thomas Craven, un veterano detective que trabaja para el Departamento de Policía de Boston.
Poco se sabe al principio acerca de sus cuestiones personales, pero pronto un dramático e inesperado episodio obliga al investigador a dejar al descubierto sus sentimientos y sensaciones más profundas.
Cuando Craven pierde de forma trágica a Emma, su única hija, su realidad cambia por completo. Encontrar muerta a la joven, quien al momento de morir tenía 24 años de edad, lo lleva a iniciar una exhaustiva investigación que tiene como fin descubrir si Emma llevaba una vida secreta y cuáles fueron los motivos que llevaron a alguien a asesinarla.
En el marco de este desgastante proceso, el protagonista llega a advertir peligrosos encubrimientos tanto empresariales como gubernamentales. De este escenario que tiñe con sangre a una gestión de gobierno participa Darius Jedburgh, el encargado de hacer desaparecer cualquier evidencia que pueda incriminar a los poderosos.
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