El padrino III (Sudamérica) o El Padrino, parte III (España), es la tercera película de la trilogía de El Padrino, completando la historia de Michael Corleone, un padrino de la mafia que trata de legitimar su imperio criminal. La película incluye, en su trama, acontecimientos basados en hechos reales, como la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I y el escándalo del banco papal de 1981-1982, vinculándolos entre ellos y con relación a Michael Corleone. El film está protagonizado por Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire, Andy García, Eli Wallach, Joe Mantegna, Raf Vallone, George Hamilton, Bridget Fonda, Sofia Coppola y Vicente Palmare (un mafioso verdadero).
El guión fue escrito por Mario Puzo y Francis Ford Coppola; y la película fue dirigida por Coppola. Contrariamente a sus predecesoras, El padrino y El padrino II, El Padrino III no fue ampliamente aclamada por la crítica. Al día de hoy, los críticos y fanáticos de la trilogía siguen divididos con respecto a su legado.
Tal vez la razón de estas malas críticas sea que trata temas tratados anteriormente (un poco cambiados, obviamente) aunque la verdad es que representa un cierre por demás efectivo para la trilogía.
La última entrega de la saga Corleone comienza en 1979. Michael Corleone se encuentra en los finales de sus cincuenta años; sus hijos ya son adultos; y no ha visto a su ex-esposa Kay Adams, que contrajo matrimonio con un juez, en ocho años. Tom Hagen ha muerto, y su hijo Andrew (John Savage) se ha convertido en sacerdote.
El film comienza con una celebración en donde Michael es galardonado por sus donaciones a la Iglesia Católica. Esto es, en realidad, un intento de Michael para legitimar los negocios de la familia Corleone, habiendo vendido anteriormente todos sus casinos. Kay concurre a la celebración con el único objetivo de persuadir a Michael para que permita que Anthony, el hijo de ambos, desarrolle su vocación musical y abandone la carrera de derecho. Michael en parte se opone, deseando que Anthony complete su formación en derecho, pero Anthony le hace saber a su padre que jamás lo ayudará con los negocios de la familia. Su hijo sabe que Michael mandó a asesinar a su tío Fredo y, a pesar de amar a su padre, él nunca lo perdonará por esa acción. Una vez que Anthony abandona la oficina de su padre, Michael y Kay discuten, resurgiendo las viejas hostilidades entre ambos. Kay sigue reprochándole a Michael su pasado criminal, mientras Michael afirma que todo lo que hizo fue por su familia. Sus argumentos condujeron a una especie de tregua: Kay le insiste a Michael para que Anthony elija su propio camino, a lo cual accede desanimadamente. Kay se lo agradece y se marcha.
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